Barreda: “la trilogía democracia, autonomía y Europa está revolucionando la realidad de España”

4 Abr 2005

El Presidente Barreda durante su intervención.

Barreda: “la trilogía democracia, autonomía y Europa está revolucionando la realidad de España”

4 Abr 2005

El Presidente Barreda durante su intervención.

Barreda: “la trilogía democracia, autonomía y Europa está revolucionando la realidad de España”

4 Abr 2005

El Presidente Barreda durante su intervención.

El presidente del Ejecutivo castellano-manchego, José María Barreda, ha señalado que los nacionalismos han quedado anacrónicos, no sólo por el proceso de integración que plantea la Unión Europea, sino por el desarrollo del Estado de las Autonomías. Barreda, que pronunció una conferencia en el Club Siglo XXI, señaló que la lógica del Estado de las Autonomías es la de la negociación, la del pacto y la de la cooperación. En ese contexto, Barreda abogó por reformar el Senado para que verdaderamente sea una Cámara donde pueda concretarse la lógica del diálogo.

El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, defendió la “unidad, la diversidad y la solidaridad” de España y manifestó que la trilogía democracia, autonomía y Europa está revolucionando nuestra realidad. Asimismo, se mostró optimista “por la capacidad de los españoles para organizar nuestra convivencia como ciudadanos portadores de derechos y obligaciones, iguales dentro de un espacio que es común y, al mismo tiempo, diverso”.

Barreda argumentó esta tesis en la conferencia “La España de la unidad, la diversidad y la solidaridad”, pronunciada en el ciclo “Los cambios necesarios” del Club Siglo XXI de Madrid, y que ha sido presentada por el presidente del Congreso de los Diputados, Manuel Marín.

“Mi fe en España y en su futuro no es la del carbonero, no es puro voluntarismo acrítico, ni es tampoco un planteamiento angelical bien intencionado, por el contrario, soy optimista pese a ser consciente de que la situación es compleja”, señaló en su intervención, en la que también puso de manifiesto que tenemos motivos fundados para la esperanza por nuestro pasado más reciente, el democrático y autonómico.

Barreda recordó que a lo largo de la historia contemporánea se han ido fraguando diversos estereotipos que han proyectado “una visión pesimista, crítica y derrotista de la España contemporánea como preocupación, como dolor, como fracaso”, dijo el presidente que apuntó que “no somos excepcionales, ni por buenos, ni por malos. No somos diferentes. Somos, y eso ahora está más claro que nunca, como el resto de los europeos”.

En este sentido, Barreda explicó que la historia de nuestros siglos XIX y XX arroja un balance trágico de guerras civiles, represiones, exilios y dictaduras, pero “junto a esa proclividad cainita ha convivido siempre un gran humanismo popular” definido por un conjunto de actitudes: generosidad frente a acumulación y solidaridad frente a individualismo. Como ejemplo reciente de este humanismo popular mencionó la respuesta que dio el pueblo español al atentado islamista del 11-M, evitando el odio y la xenofobia e impulsando la participación democrática.

Por eso, en su opinión, lo que deberían aprender políticos, periodistas y todos cuantos influyen en la opinión pública, es que “la violencia política en el comportamiento ciudadano del pueblo español es algo inducido desde niveles superiores de la sociedad; no espontáneo. El cainismo no es fruto espontáneo en el pueblo español”.

Así, advirtió que si algo sobra en la política española son “los crispadores, los que buscan siempre el enfrentamiento frontal, los cainitas sempiternos”. Barreda destacó que esa fue la gran lección aprendida por los dirigentes de la transición, los redactores de la Constitución de 1978 y el conjunto del pueblo español cuando recuperamos la democracia y la libertad.

“Es también la prueba de que el cainismo y la lucha fratricida no están en los genes de los españoles”, porque “cuando los dirigentes de la sociedad buscan el acuerdo, practican la fraternidad, hacen la pedagogía del pacto y del entendimiento, somos capaces de construir la paz y la democracia de forma ejemplar”, explicó.

Una patria es un país con justicia

En este contexto y parafraseando los versos del poeta leonés Antonio Gamoneda, apuntó que “un país sólo no es una patria / Una patria es, amigos, un país con justicia.”

El jefe del Ejecutivo castellano-manchego puso especial énfasis en la Carta Magna de 1978, donde se explicitó la constitución de un Estado Social y Democrático como instrumento para conseguir la libertad, la justicia y la igualdad desde la unidad y garantizando el derecho a la autonomía y la solidaridad. Con este texto, que adjetivó como “un verdadero Jordán”, empezó “una España nueva”.

Indicó que, durante la transición democrática y el período constituyente, los españoles organizamos nuestra libertad y nuestra democracia, en un Estado Social, Democrático de Derecho y Autonómico. Advirtió, en este sentido, un doble proceso: se pasó de la dictadura a una democracia, y de un Estado centralista a un Estado descentralizado.

“Construimos el Estado democrático y autonómico como instrumento para conseguir la libertad, la justicia y la igualdad”, apostilló.

Una justicia y una igualdad que se deben basar, según José María Barreda, en la indisoluble unidad de la Nación española, reconociendo y garantizando el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.

Asimismo explicó que el poder de las comunidades autónomas es derivado del estatal, “no preexistente” y reconoció que nuestro país es “una España plural, diversa, esa es la lógica constitucional, una España solidaria donde haya una igualdad real de oportunidades, se viva donde se viva”.

Una España solidaria

Para Barreda, la descentralización ha sido un “gran éxito” y valoró los beneficios aportados con la proximidad de la Administración al administrado. “En Castilla-La Mancha hemos convertido la autonomía política en un verdadero acelerador histórico”.

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?2AutorInstitucion?2Usuario?FechaEntrada]FechaCaducidad]codigoentidad
?2???????????????????????$??????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????ô????????????»?????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????ü?????????????????????????????????????????????????????????????????????Aprovechó para recordar que este Comunidad Autónoma está celebrando el IV Centenario de El Quijote en el que se ha relacionado la “i” del ingenioso hidalgo con las “ies” estratégicas del siglo XXI, de innovación, investigación, información, Internet, industria, inteligencia, infraestructuras e inversiones, para dar un salto cualitativo.

Volviendo a su convencimiento del fecundo periodo en el que se encuentra España, el presidente explicó que, con la redacción de la Constitución de 1978, se superó el llamado “exclusivismo de partido”, ya que el texto “no era de ningún partido político porque era el de todos. Esta especie de milagro laico sólo fue posible por haber logrado un difícil equilibrio”, concretó.

A pesar de ello, especificó que la aceptación del nuevo modelo político que significaba el Estado de las Autonomías fue muy desigual y fue rechazado por los añorantes del franquismo, también por quienes seguían propugnando la independencia de las nacionalidades y “las fuerzas nacionalistas democráticas acataron el modelo, pero algunas evidenciaron pronto su voluntad de no cumplirlo”.

El presidente del Gobierno de Castilla-La Mancha ha asegurado que este comportamiento de conflicto continuo debilita un modelo, el del Estado de las Autonomías, “que se basa en la negociación y en la cooperación” y que está resultando “muy útil para los castellano-manchegos por una buena aplicación de la solidaridad prevista en la Constitución y por la autonomía que ésta nos permite”, añadió.

Solidaridad territorial

Barreda mencionó, como una de las consecuencias más importantes del periodo constitucional, el efecto de modernización y de regeneración. Sobre la solidaridad del Estado con Castilla-La Mancha puso como ejemplo de cohesión social y territorial la subida de las pensiones más bajas.

En este contexto manifestó que la solidaridad es un valor esencial de la Constitución como refleja el apartado 2º del artículo 138 que dice ‘las diferencias entre los Estatutos de las distintas Comunidades Autónomas no podrán implicar, en ningún caso, privilegios económicos o sociales’.

A su juicio, parte del éxito de las comunidades autónomas ha consistido en aprovechar la descentralización para llevar todo ese progreso, por todo el territorio, no sólo a las ciudades, sino a los pueblos más remotos.

“Quienes creemos en la España constitucional la tenemos que defender. Y los instrumentos de cooperación y de corresponsabilización son indispensables. Esa es la lógica del Estado de las Autonomías: la de la negociación, la del pacto y la de la cooperación”. Para Barreda, que dijo que el diálogo y la negociación son inherentes al modelo, es necesaria lealtad institucional y respeto a las reglas del juego “y esto, es lo que falla en algunos casos”.

En este orden de cosas, abogó por la reforma del Senado para que verdaderamente sea una Cámara donde pueda concretarse la lógica del diálogo “porque, -añadió- cuando este no funciona, se impone la del enfrentamiento, la de la incomunicación y la de los adversarios exteriores”. En este sentido, también subrayó iniciativas con la Conferencia de Presidentes.

Nacionalismos y nacionalidades

Barreda considera que la mayor dificultad para abordar las reformas constitucionales y estatutarias está en la oposición de los partidos nacionalistas a que sus territorios sean como los demás. Y es que piensan “no sólo que son diferentes, sino que no tienen porqué ser iguales”.

El presidente se refirió a las “dos lógicas de la Constitución española”, homogeneidad y diversidad, que están contenidas en el artículo 2º: ‘España es una nación indivisible que reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las regiones y de las nacionalidades’. Sobre la lógica de la homogeneidad comentó que crea una situación de desasosiego e incomodidad en los nacionalismos de las nacionalidades que no quieren ser como todas las regiones.

En alusión a las próximas elecciones vascas, recordó que se elige un Parlamento que decidirá quien gobierna en virtud de una legalidad y legitimidad sustentada en la Constitución española y en Estatuto de Guernika. “Euskadi no es una parte subordinada de España, porque en la España autonómica ya no hay partes subordinadas, sino democráticamente articuladas”, añadió.

Parafraseando a Norberto Bobbio, expresó que “lo contrario de la igualdad no es la diferencia, es la desigualdad” y añadió que “se cohesiona más respetando la pluralidad que forzando la uniformidad”.

Modificaciones en la Constitución

Apuntó que la Constitución no puede cambiarse modificando leyes que conforman el bloque de constitucionalidad y muy concretamente los Estatutos de Autonomía, y destacó que la solidaridad es un valor esencial de la Carta Magna.

“La igualdad, la cooperación y la solidaridad son valores a los que no debemos renunciar, ya que, agregó Barreda, el remedio para algunos problemas actuales es más democracia, más respeto a su significado que implica mayores dosis de libertades cívicas y mayor igualdad entre los ciudadanos de España”.?!IdEntrada
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Castilla-La Mancha, como todas las comunidades autónomas, es fruto precisamente del modelo constitucional, del principio de descentralización y profundización democrática. “Es una muestra del éxito de la Constitución” que ha consistido en no perder tiempo, “ni con la mitología, ni con la historia y dedicarnos a ser útiles, de gestionar bien los asuntos transferidos, de mejorar los servicios”.

“Debe ser que, como supuestamente, no tenemos batallas que celebrar juntos, nos hemos dedicado a cosas de poca importancia, por ejemplo: a implantar la gratuidad de los libros de texto y a que haya ordenadores en todas las aulas desde la educación Infantil; a reducir las listas de espera en la Sanidad y a garantizar por Ley el tiempo máximo de intervención quirúrgica; a asegurar una plaza de residencia a todos los mayores y personas dependientes que lo necesiten, y a echar todo el cemento en las obras públicas”, manifestó el presidente.

Nacionalidades y regiones

Para Barreda, si ahora hubiese que reformar el artículo 2º de la Constitución, no sería para acentuar la diferencia entre “nacionalidades” y “regiones”, sino para eliminarlas. “Los nacionalismos han quedado anacrónicos, no sólo por el proceso de integración que plantea la UE, sino, sobre todo, por el desarrollo del Estado de las Autonomías”.

Barreda abogó por procesos de integración basados en la coincidencia en reglas comunes de convivencia, de garantía de la libertad y de la democracia, de actuación económica, de articulación de la seguridad y de la proyección exterior de valores como la paz y la lucha contra la desigualdad y la pobreza; y advirtió que los procesos desintegradores podrían cobrar fuerza si se abre camino a la desigualdad de derechos según territorios.

La dimensión europea tiene, para Barreda, una gran importancia para entender lo que está ocurriendo con nuestro Estado-Nación que se reconstruye en un doble proceso aparentemente contradictorio, descentralizándose y haciendo dejación de parte de la soberanía en favor de una entidad supranacional.

A este respecto, recordó que no se ha oído ninguna queja nacionalista cuando las instituciones europeas han arrebatado al pueblo vasco o al catalán una decisión de su Gobierno y de su Parlamento.

Unidad en la diversidad

El lema de la Unión Europea, ‘Unidad en la diversidad’, sirve perfectamente para España, pues “llevamos 25 años con un modelo fáctico de federalismo cooperativo en que están incluidos el nivel europeo, el estatal, el autonómico y el local que ha logrado e impulsado el mayor período de modernización de nuestra sociedad y de nuestra economía”, sintetizó Barreda.

El presidente regional finalizó su intervención como la empezó con optimismo, porque es “un ingrediente necesario, para cambiar las cosas. Siempre hay que tener esperanza. Si sólo vemos lo peor, se derrumba nuestra capacidad de actuar”. José María Barreda ratificó que desde Castilla-La Mancha ve una España “multicolor, plural y diversa”.

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