Fruto de la colaboración entre el Gobierno de Castilla-La Mancha y el Ministerio de Fomento, a través del programa 1% Cultural

El presidente de Castilla-La Mancha y candidato a la reelección, José María Barreda, cifró hoy en más de 3,3 millones de euros la cantidad invertida en la provincia de Guadalajara durante esta legislatura para la recuperación de patrimonio.

El presidente explicó que esta inversión es fruto de la colaboración entre el Gobierno regional y el Ministerio de Fomento, a través del programa 1% Cultural. De esta cantidad, el Ejecutivo autonómico ha aportado 1,3 millones de euros.

Barreda realizó estas declaraciones durante su visita esta mañana a la Cripta del Fuerte de San Francisco, después de que ésta haya sido restaurada, donde aseguró que se trata de toda una joya del Barroco «y un ejemplo magnífico del esfuerzo que estamos haciendo para la recuperación de nuestro patrimonio».

Durante la visita, el presidente reconoció que se ha llevado a cabo un fantástico trabajo de restauración, que va a permitir que los vecinos de Guadalajara y todos los ciudadanos vuelvan a disfrutar de este magnífico lugar, uno de los monumentos que más y mejor identifica a la ciudad por su extraordinario valor histórico, artístico y emocional.

Asimismo, Barreda explicó que tras la rehabilitación de la cripta está previsto que comiencen las obras de restauración de la iglesia, que van a contar con un presupuesto de más de un millón de euros, también a través del programa 1% Cultural.

En su recorrido por la cripta, Barreda, que estuvo acompañado por algunos componentes de la candidatura como Mª Antonia Pérez León y Sonia Reyes, además de la candidata a la Alcaldía de Guadalajara, Magdalena Valerio, recordó que a los más de 3,3 millones de euros invertido en la recuperación del patrimonio de Guadalajara hay que sumar el esfuerzo que desde el Gobierno de Castilla-La Mancha se está haciendo también a través del acuerdo con la Iglesia católica.

A este respecto, recordó que Castilla-La Mancha fue la primera Comunidad en crear una comisión mixta entre la Iglesia y el Gobierno desde la que se ha desarrollado un completo programa de inversiones que, aseguró, «está dando muy buenos resultados».

Características de la restauración

Las obras en la Cripta, que comenzaron en enero de 2010, han contado con una inversión de 667.000 euros, de los que el Gobierno de Castilla-La Mancha ha aportado el 25%.

Estas actuaciones han consistido en la limpieza, reparación y/o sustitución de los revestimientos de mármol de paredes, suelos y techos, así como de los elementos decorativos; restauración de las bóvedas; tratamiento del pudridero; realización de solera de hormigón en claustro y fondo de las cámaras, y solado.

También se han canalizado las aguas de lluvia del claustro; se ha realizado la canaleta perimetral de ventilación y cámaras de ventilación; reparación de la vidriera de la capilla; se ha restaurado la puerta de acceso al pudridero y se ha colocado un módulo de ventilación en el interior de la galería subterránea.

Como parte de estas intervenciones, también se ha desmontado la instalación eléctrica y se ha colocado otra nueva, se ha reparado la puerta de acceso desde el exterior, y con el fin de permitir su correcta visualización, se ha desescombrado y desmontado el terreno de relleno de la zona exterior.

El Monasterio y la Cripta

Esta Cripta forma parte del Monasterio de San Francisco, que alberga edificios y dependencias de distintos usos que fueron construidas en momentos históricos diferentes. El edificio principal y más antiguo del conjunto es el templo de San Francisco, que conforman la iglesia y su cripta. Éstas fueron declaradas monumento histórico-religioso en 1931.

Fue la familia Mendoza quien lo tomó bajo su protección desde el primer momento, reconstruyendo el cenobio en 1395 y dotando al convento de nuevos elementos artísticos de notable factura, como el retablo gótico de su iglesia, algunas de cuyas tablas se conservan hoy en el ayuntamiento de la ciudad.

Asimismo, éste fue el lugar señalado por los Mendoza para albergar sus restos, motivo por el que se construyó la Cripta, a finales del siglo XVII. La Guerra de la Independencia provocó daños de consideración en el inmueble, que en 1835 fue desamortizado y seis años después pasó a integrarse en el Ministerio de la Guerra.